Mi gran amigo Alejandro me aporta este comentario, que sin duda ayuda muchísimo a esclarecer nuestras propias ideas al respecto.
"Ahora que he llegado, después de unas semanas de mucho trabajo, estaba esperando este momento para tener tiempo y estudiar bien este tema que ha surgido a raíz de la supuesta frase de E. Said de que la “música es estúpida”. Si bien es cierto, esbocé algunos comentarios previos, siempre quedé con la espina clavada de poder revisar bien este tema en detalle, comparar y pensar bien en qué realmente quería decir Said con tal frase. El libro en que figura la mencionada opinión, es una traducción del inglés. Toda traducción es un mundo y un tour de force, y realmente son pocos los buenos traductores que reflejarán de manera fiel lo que el autor quiso decir en un texto. Basta pasearse por las traducciones que existen al castellano, de La Illíada y La Odisea, La Divina Comedia o Moby Dick para darse cuenta de lo que estoy diciendo, es por eso, que es un hecho a menudo dejado de lado, pero de suma importancia, que al comprar la traducción de una obra, hay que primero elegir la correcta, para no pasar malos ratos ni perder plata. El gran José Martí, en un famoso ensayo acerca de Homero, enseña estas cosas de manera magistral.
Pero
pasemos al meollo del asunto, en el caso aludido, el original es
inglés, de la revista Vanity Fair, del año 1983. Aquí va el extracto del
original:
“There
is a good deal of exaggeration in these descriptions, but at any rate
Gould’s playing aims to be as explicit and detailed as he thinks the
music he plays is. In a sense his performances extend, amplify, make
more explicit the scores he interprets, scores that do not as a matter
of principle include program music. Music is fundamentally dumb:
despite its fertile syntactic and expressive possibilities, music does
not encode reference, or ideas, or hypotheses discursively, the way
language does. So the performer can either be (or play) dumb, or, as in Gould’s case, the performer can set himself a great deal to do.”
Creo
que es bastante claro que Said, no se refiere en ningún momento a que
la música es “estúpida” como lo sugeriría la palabra inglesa “dumb”, en
una acepción de uso informal e incluso peyorativo. La palabra “dumb” en
inglés, en su primera y más extendida acepción, es la de “mudo”, “de una
persona que no puede hablar por incapacidad fisiológica”, y no tiene
un sentido peyorativo. La acepción informal y por consiguiente más baja
en categoría que la primera, es la de “estúpido", “tonto” ó “bobo”. Esta
palabra con el tiempo, fue adquiriendo un sentido peyorativo, ya que se
asociaba a alguien que no podía hablar (mudo o sordomudo), con alguien
carente de capacidad intelectual, es decir, una persona boba o estúpida.
Sin
embargo, el sentido literal del texto de Said, es el que la música
fundamentalmente es “muda”, que no se “expresa de manera literal o
concreta como el lenguaje”. Said además, puntualiza que la música tiene
fecundas posibilidades sintácticas y expresivas, pero no tiene un
mensaje cifrado que nos lleve a referencias, ideas o hipótesis enlazadas
discursivamente. Por ello, dice, que un intérprete o puede también ser
“mudo” en su interpretación, es decir, tocar sin tratar de expresar o
decodificar lo que el compositor quiso decir y no hacer nada más que lo
que una partitura llanamente expresa o bien, como en el caso de Gould,
hacer mucho con ella y poner gran esfuerzo individual en hacerlo.
En
sí, en el párrafo que va del enunciado que la música es muda hasta que
dice que el intérprete "could be (or play) dumb", el autor hace un juego
de palabras con "dumb", como ésta tiene las dos acepciones que
mencioné, en una primera la utiliza para referirse a la música como un
arte carente de lenguaje (mudo) y en la parte final hace otro doble
juego, al referirse que el ejecutante puede ser mudo o mejor dicho, que
carece de una idea interpretativa o hacerse el "tonto" o el huevón, en
buen chileno y no poner ningún esfuerzo, de ahí viene el sentido del
remate final donde dice que Gould es un intérprete que se impone un gran
esfuerzo o un ingente esfuerzo en la interpretación. Este juego se debe
a que en inglés para referirse a ambas características, se puede
utilizar la misma palabra.
Concuerdo
absolutamente con la idea de Said sobre la música. La música sin un
intérprete o alguien que la escuche, que le dé un sentido, es
esencialmente muda, vacía, no dice nada, es por eso que el papel creador
del intérprete y el oyente, son tan fundamentales. Hay intérpretes que
nada nuevo le sacan a una partitura, otros como Gould que de manera
extraordinariamente imaginativa, nos explicaron la música de Bach, sin
papeles, libros y/o teoría, sino que con los dedos sentados en un
instrumento de tecla. Pienso que a esto va Edward Said, cuando lanza
esos párrafos que si se analizan bien, encierran análisis e ideas de un
gran pensador. Para mí, eso diferencia a Said de la cáfila de críticos
que pululan por todos lados, leer a un intelectual de fuste y un gran
pensador, en comparación a una caterva de “tira levitas” o
“palmoteadores de espalda profesionales” a sueldo, es un placer. Para
qué diré que acá en Chile, tenemos ejemplos arquetípicos."
Santiago, 15 de Diciembre de 2012
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