Hermann Kock
Mi personaje Inolvidable
Hermoso recuerdos de este gran hombre me invaden hoy, recordando su triste partida un 15 de Diciembre de 2005.
Transcribo un escrito suyo en el Diario El Sur en el año 1963, con motivo del Festival de Coros en Valdivia.
" Un recuerdo me invade: en el programa trato de descifrar, los ojos anegados de lágrimas: "Coro de la Casa de Huerfanos". Sabe Ud. gentil lector, usted que sonríe porque este recuerdo de una hora imperecedora está por vencerme, sabe lo que es ese coro de huerfanitos cantando de una dicha que nunca conoció, de un sol que nunca iluminó con ternura su corazón? . Todo eso lo ví, todo lo escuché; todo eso fue dicha de un momento en Valdivia"
Su amor por la música y en particular por la música coral era la razón de ser de su vida.
Lo conocí cuando ya estaba en el final de su vida, con 93 años y su pasión por vivir lo mantenía lúcido mentalmente, hasta el grado de recordar momentos de su vida cuando muy joven en Osorno e incluso cuando niño. Recordaba con detalles el día en que Claudio Arrau, muy joven visitó Osorno y junto a su madre que era pianista, asistió a sus dos presentaciones. En el segundo día y a petición de su madre, Arrau interpretó una pieza de Beethoven titulada " La rabia por las monedas perdidas", una pieza mas bien desconocida, pero al momento de contarme la anécdota, la tarareó perfectamente. Unos días después le conseguí la versión de Kissin y su felicidad fue tremenda. Me recuerdo como le brillaban los ojos y como siempre decía: Estupendo!... Como siempre, celebrabamos con un traguito de Ron...¡Cómo le gustaba, su ron y fumar su pipa inseparable !. El decía que iba a dejar de fumar porque acortaba la vida....
Con 96 años cumplidos y en la tarde antes de abandonarnos, hablamos como siempre, de Bach y su Clave bien temperado, ya que le comentanba la maravillosa versión en piano de Angela Hewit que recién me había llegado. Terminaba su vida, con el sino de muchos de los que han dedicado su vida al arte. " El artista debe escoger entre la perfección de su vida y la perfección de su arte", palabras de WB Yeats. Estos grandes hombres descuidan su vida, su relación con sus familias y al final esperan ser perdonados noblemente, lo que no siempre sucede. Sus últimos tiempos, cuando llegan a vivir muchos años, necesitan de mucho cariño, amistad y comprensión. Son los momentos difíciles de la vida en que el aislamiento es natural, sobretodo en la época actual en que todos deben buscar su destino con mucha dedicación y absorción del medio. Su última Navidad, la pasamos junto a él, en una cena Pascual en su casa. Una experiencia muy hermosa.
En un artículo en Diario Crónica, " Quien da mas cariño?", comenzaba con la frase, "Curiosamente somos reacios a aceptar cariño"..........Artículo que da para un análisis muy profundo y no sólo involucrando a los humanos, sino también a los " sin inteligencia superior " como decía Hermann. Su Sofía, perrita regalona que dormía en su regazo, inseparable compañera y anteriormente su "Pillín" un "von Pilsener" que no lo conoci, fueron su contacto con el cariño.
Nuestra amistad con él, se transformó casi exclusivamente en éso, brindarle mucho cariño y acompañarlo en su últimos años, compartiendo pequeñas y grandes cosas, como llevarlo a conciertos y cenar cosas "ricas" antes de llevarlo a su casa.
Las maravillosas amarilis, flores que lo alegraban inmensamente, están presentes en nuestro jardín y cada vez que florecen, nos anuncian su presencia y su felicidad.
Su amistad floreció en nuestras vidas y su recuerdo alimenta esas flores que siempre nos acompañarán.
Estupendo! ........diría con su acento alemán. Mañana estaremos con Hermann y me aferraré a sus manos como ese último día que estuvimos a su lado. No hay forma de olvidarlo......
Carlos Morales
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