Sin duda que la Navidad es una ocasión para rememorar lo que fuimos y tratar de imaginarnos lo que seremos.
Y ahí aparecen las figuras emergentes de aquellos bosques que imitan la vida... Zonas oscuras, donde dominan las tinieblas y otras brillantes. Entre los árboles habitan los vientos y brisas que nos han acompañado sin cesar. Padres, hermanos, hijos, sobrinos, parientes y tantos amigos y conocidos que en una amplia gama de influencias han formado nuestro caracter y personalidad, con nuestras virtudes y quizás más defectos, pero acá estamos, viviendo la vida siempre para ser más y a medida que crecemos espiritualmente, para despreocuparnos de tener más....
Precisamente la felicidad sólo nos invade cuando no la buscamos, como cuando aparece tu amor, casi siempre sorprendiendote en el rincón más mágico del bosque.
La vida de cada uno es tan diferente y tan diferentes son los motivos que nos motivan a vivirla intensamente, pero el lugar común es el amor, semilla que todos los días germina nuestros sentimientos. Amor por nuestra alma compañera, que nos acompaña, nos apoya y nos ama y por sobretodo, comparte su vida con la nuestra. Amor por todas las almas que nos rodean en nuestra realidad hoy y por aquellas que en algún momento se fueron del bosque y que nos provocaron tanta tristeza.
Amigos, sí son varios, niños, jóvenes, que son los que me mantienen alerta y con ganas de no descansar, con ganas de no ver el horizonte, que me dedican su valioso tiempo de deportistas, jugando incansablemente tenis. Amigos no tan jóvenes, que habitan el bosque y aparecen y desaparecen, que viven su vida y que compartimos momentos muy lindos.
Amiga, sí mi mejor Amiga...La Música....Maravillosa dentro de las Artes, la mas etérea de todas, la más mágica, la que no se entrega, sino que debes buscarla, descubrirla y que el encontrarla es el proceso mas asombroso imaginable. Y aparecen las figuras indelebles de mis amigos.....Carl Philip Emanuel, su padre Johann Sebastian, Wolfgang Amadeus, Ludwig, Claudio, Pau y tantas que completan cientos de nombres. Navidad, tempo de calma, de ensoñación, la música que va creando la coda final de la obra anual... Para algunos, una explosión de sonido, colores, luminosidad, trompetas, timbales, campanas y para otros, una red de exquisitos sonidos de oboes, fagots, cellos y bajos que crean una atmosfera de intensa mirada interior. Pero nadie queda indiferente.
Catalina, el ser que mueve montañas, nada la detiene y que con su encomiable esfuerzo y dedicación permitió arrebatarme del fin del bosque. Volver a sentir la felicidad....
A todos mis mejores deseos de felicidad en esta Navidad 2015.
Un cariñoso abrazo a todos y un reconocimiento profundo a aquellos que dan un significado a mi vida.
Carlos Felipe Morales Sanchez
Chiguayante, Diciembre de 2015
No comments:
Post a Comment